19 abril 2011

MIS PALABRAS DE AMOR

Mis palabras de amor no son mías: te pertenecen.

Mis palabras de amor no nacen de mí: nacen de ti.

Yo no podría admirar las estrellas reflejadas en los lagos, ni escuchar los cánticos del céfiro, ni aspirar el perfume de las risas, si tú no fueras esos astros y esas canciones y ese dulce aroma.

Mis palabras de amor son nubes en el cielo de tu voz.

Mis palabras de amor son las caricias que en tu rostro, dan forma a mis manos.

Yo no quiero, ni puedo arrepentirme de eso, ni deseo cambiarlo, ni podría, y si pudiera cambiarlo, no querría.

¿Qué otros cometas puedo desear que tus cabellos? ¿Qué otro firmamento puedo desear, que el de tu ser? Yo no te cambiaría por nadie.

Si digo que eres la fuente de mis dichas, si digo que al verte encuentro mi destino, es porque contigo soy dueño de las sonrisas y de los mapas, porque contigo soy el viento, porque mi lira no podría dar otra música de vida, que la tuya.

Mis palabras de amor, son tú.

11 abril 2011

MALTRATOS POR VUESTRA AUSENCIA

Yo, ya no pienso… pues llamáis maltrato al canto de mi alma lejana de vos. Me ignorais, y al reclamaros mi pena por vuestra ausencia, decís que… ¡os maltrato...!

¿Es maltrato decir que os añoro? ¿Os maltratan mis deseos? ¿Mi amor es un agravio? Entonces preparáos, porque no tengo para Vos sino agravios y mortificaciones, mil y una, a todas horas, pues si mi amor es odio, entonces os odio de todo corazón; si mi pasión os ofende, entonces llenáos de indigación y maldecidme.

Odiadme, pues si no he de ser Sol en vuestro cielo, entonces relámpago, todo en una hoguera cuyas llamas sean mi confesión, y el humo de mi carne herida, los besos que no os di.

Por ello, no pido al Cielo que el maltrato de recibir amor -angustia enorme que sufrís por mi causa-, sea igual condena para mí... no, ruego la mínima justicia de que sepáis lo amargo de esta noche, beber hiel por no tener una señal, ni un mensaje, ni una palabra. Como en otras noches, saber que me habéis olvidado.

¡Angustiáos, amada amía, que por esta ausencia, os castigaré pensando en Vos!

NO ME PIDAS QUE TE OLVIDE

Pídeme la plata de la Luna. Pídeme que capture las estrellas, para que con sus perlas te hagas un collar. Pídeme que dibuje los mapas de tu voz. Pídeme que invente un lenguaje, para cantarte con justicia...

Yo, un bucanero de los Siete Mares, te he recordado en las tormentas y en los puertos, he preguntado por ti a la Rosa de los Vientos, he olido tu perfume en el aire de la Mar... Nada, ni el acero, ni la seda, ni las coplas de las sirenas borraron tus besos de mi alma. Y bajo la negra bandera de mi buque, en las esmeraldas y los ayes, he guardado un arcón sólo mío, y su tesoro eres tú.

Una vez me pediste que te olvidara... de tus deseos, era el único que siempre fui incapaz de cumplir. Por eso, amada mía de cabellos rizados como las olas, pídeme que navegue en tu nombre al Fin del Mundo, pídeme que incendie los océanos, pídeme todo, pídeme el cielo... ¡pero no me pidas que te olvide!

DESPERDICIASTE

¿Olvidarte, y aguardar por ti? ¿Me pides hechos tan opuestos? Pero, ¿qué más puedo hacer yo, si no es lo que tú quieras? Un día te despides; al otro, me prometes regresar. Y con tal de estar contigo me he sometido a los vaivenes de tu necesidad, a cualquier salto en el mar de tus emociones; te ha dado el silencio que me pides, las noches de pasión que me exiges, me he guardado los besos bajo la Luna, vivido de tu recuerdo y abierto los brazos cuando reapareces.
Ser la marioneta de tu capricho, de tus dudas, de tu temor. Dinamitar las barreras de tu miedo, y después encontrado que huiste por este reino de soledad, de montañas de palacios prometidos.
Está bien, si eso deseas de mí, eso he de ser. Todo, nada, amante, extraño, rey, forajido. Mas no tengas la certeza de que, cuando termines tu travesía, habrás de hallarme como me dejaste. No te asombres de que no hables ya mi idioma, de que yo no reconozca el idioma de tus besos, de que ya no te ame, ni te desee. No te extrañes, pues te he amado en silencio y en verbos, con todo y con nada. No te extrañes de que al final te haya olvidado, pues la única razón, ¡es que has desperdiciado el paraíso!

13 mayo 2010

PESE A TODO

Plata, yo no tengo un Oro que valga para ti. Y aun así, aunque nuestra noche de bodas tenga por lecho a la soledad, aunque nuestro brindis sea en la copa de los adioses y el vino nupcial esté tocado por un dejo amargo, aun así, a pesar de todos los nuncas, a pesar de las palabras que me debes, a pesar de los perdones que todavía yo he de darte, a pesar de que por el cielo has de explicarme por qué me has olvidado, a pesar de que perdón has de pedirme por la noche en que te fuiste, por no haberme querido retener tú tienes conmigo las deudas de nuestra pasión, y me las debes en el mismo castillo donde nos amamos, y habrás de reponerme uno a uno cada segundo de tu ausencia, pese a mis lágrimas, a mi ira, a mis preguntas, en ese castillo pese a todo yo te espero, vida mía, ¡yo te espero para que me des todo aquello que me debes...!

30 octubre 2009

SI NO LLEVA TU PERFUME

Poema, idioma, declamación: Víctor Hugo F.

29 octubre 2009

NO ME DIGAS NO

Tú sabes que mis ojos no te mienten, sabes que mis pensamientos te reclaman, sabes que mis besos preguntan por tu boca. ¡Por eso, cariño, no me digas no!

¿Por qué demoras tanto, corazón? La vida no es eterna. La música no suena para siempre. Si quieres las noches que te ofrezco, tómalas ahora, no dejes que sus rosas sean el recuerdo de lo que nunca sucedió... ¡no me digas no!

He trazado con fuego de diamantes un camino, para desentrañar el misterio de tu risa. He navegado el laberinto que desemboca en tu alma. No te escondas más. No huyas más de mí. Estoy aquí, para ti, ¡no me digas no!

Afuera, una senda espera nuestros pasos. Ven conmigo a sus palacios. Nada nos detiene para ser sus dueños. No esperes otro giro de la vida. No se ha de repetir lo que nos une. Lo quiero todo, te doy todo. ¡No me digas no!

TU LUZ EN LAS SOMBRAS

Durante años pensé en ti. A veces, mucho; otras, poco, y en ciertos momentos, he de decir que te olvidé.

En ese camino hubo lluvias, mil calles que se perdían en un laberinto, bajo la Luna.

Aparecías cuando el Sol encendía perlas en las ventanas, en tardes que se volvían páginas de un gran libro.

Ahora, en una ventana, en otra noche, viendo los autos en la avenida, el metro iluminado y desierto, recuerdo paisajes parecidos, donde pensaba cómo sería si, en el lecho a mi espalda, estuvieras tú y no el silencio.

Ahora, después de tanto tiempo y de tantos pensamientos, dejo la ventana.


En las sombras, escucho una suave respiración.

Me sorprendo de esa magia, pero no le pregunto nada.


Te recordé tanto, te extrañé tanto, desde mil ventanas. Y en este nocturno, este lecho ya no está vacío.Volviste. Como si fuera arte de magia estás aquí y duermes, como si siempre hubieras estado, como si nada hubiera sucedido.

En las sombras, amor mío, es en las sombras donde veo tu luz; en la noche te susurro que siempre te he amado.Para no despertarte, apenas toco tu rostro.

Apenas veo tus párpados cerrados y tus labios.T e veo, apenas te beso, para que no despiertes.Yo no quiero dormir. Te abrazo, te huelo. No quiero dormir, pues sería despertar de este sueño.

¿SABES QUE TE AMO?

¿Sabes que te amo? ¿Sabes que te adoro? Sé que lo sabes, pero a veces temo no saber comunicártelo. Temo que al abrazarte se me escape algo, que no pueda ver la dimensión de la maravilla de escucharte. Temo abrazarte y no tocar tu corazón. Temo ser desagradecido. Temo no saberte expresar lo que eres para mí, aunque te lo diga en mil idiomas e invente música para cantarte.

¿Por qué en el amor hay temor? Es el temor de no estar a la altura, de no ser digno de la mirada de quien nos ama de verdad. Es el temor de no merecer las sonrisas. Yo no deseo que tú temas, no deseo que sientas que no te entiendo o que no te acepto. Quiero que sepas que mis brazos son para ti a todas horas, para que te acomodes en mis brazos como te plazca y todo el tiempo que desees. Quiero que rías y te duermas en mis brazos.

No te pregunto si me amas. Te pregunto si sabes cuánto te amo. Si lo sabes, si verdaderamente lo sabes, entonces no temo, entonces te inventaré lenguajes y pintaré poemas para ti con el correr del viento y con las briznas de hierba de los parques. Te besaré como se bebe la luz de un diamante, seré feliz de que tengas mi alma en tus manos como una ofrenda, y yo tener la tuya, dos almas, como las estrellas resplandecen en los jardines de las confidencias nocturnas, entre los corazones que se entienden, solamente con mirarse.

¿QUÉ HE DE HACER PARA BESARTE?

Por todos los cielos... ¿qué he de hacer para besarte? ¿Qué más penitencia debo cumplir para tener tus labios? ¿Por cuál dios debo jurarte que no puedo vivir si no te tengo, que no puedo respirar si no te beso?

¿Cómo puedes no creer que te amo? ¿O no quieres creerme, vida mía? ¿Qué necesitas? ¿Necesitas que no sea verdad?

¡Entonces, si no crees que te amo, deja que te mienta!

Ven conmigo bajo la Luna de octubre, y toma mis mentiras, una a una... Te mentiré con el fervor de quien tiene a tu boca por la hoguera y el viento. Dí que no me crees, mientras te confieso mis delirios, beso a beso. Piensa que no es verdad mi frenesí. Y miénteme, miénteme tú, también.

No preguntes nada... Que sean nuestros labios quienes digan sus verdades, sin palabras. Verás que ninguna lluvia cubrirá jamás tu cuerpo, como lo hará mi boca. Verás que ningún Sol arderá más sobre tu piel, como mis labios. Nunca nadie te musitará al oído, como yo, que tú eres la sed y el agua, que tú eres el ensueño y el despertar, los inviernos, y todas sus primaveras.¡Si no quieres creerme, piensa que no es verdad que yo te amo! ¡Pero no me niegues, amor mío, no me impidas que te dé el alma con mis besos!

CUANDO DUERMES

Despierto a mitad de la noche, giro y te encuentro, a mi lado.

En la penumbra veo tu expresión tranquila. Escucho tu respiración en la quietud.

Tomo una de tus manos y la coloco en mi mejilla.

Al amparo de esta Luna, real o soñada, puedo susurrarte mis secretos.

Cuando duermes, la noche es el mar y el lecho, una isla. Abrazados, las velas se inflaman, con el viento en rizos de tus cabellos. Cuando duermes, mis sueños de ti continúan despiertos.

Suavemente te abrazo, beso tu palma.

Bajo el oro del Sol eres el mar que canta. En la plata de la Luna eres el cofre de topacio, en los brazos abiertos de mi amor por ti. ¿Qué otra Rosa de los Vientos puedo necesitar en los vastos mares de la noche? Ninguna. Me basta con estar al lado tuyo, en el navío de nuestros cuerpos estrechados... en la callada noche, amor de mis amores... todos mis soñares en tus párpados cerrados, todas las estrellas en el manto del silencio, toda mi vida en tu mano sobre mis labios, cuando duermes.

CARRUSEL DE SENTIMIENTOS

Muchos días vamos en un carrusel, en un caballo de madera, oyendo la música de la feria.

Vamos tras otro jinete, que no nos mira. Vemos sus cabellos movidos por el viento, que no hemos de tocar.

Y quizá alguien, en otro caballo de madera, nos ve, preguntándose por qué seguimos a quien no tendremos. Si ella misma está tan cerca.

Nos perseguimos en caballos de madera, que no van a ninguna parte. Entre la música de una feria que es el sonido de nuestros deseos y de nuestras fantasías.

Nos perseguimos en caballos de madera, siempre a un paso de distancia, sin tocarnos. Recorriendo un paisaje que aparenta cambiar. Cada cual ve en las luces de la feria, lo que desea.

En un carrusel, sin entendernos, sin desear entendernos, sin poder tocarnos.

El amor imposible es un espejismo cruel.