Pídeme la plata de la Luna. Pídeme que capture las estrellas, para que con sus perlas te hagas un collar. Pídeme que dibuje los mapas de tu voz. Pídeme que invente un lenguaje, para cantarte con justicia...
Yo, un bucanero de los Siete Mares, te he recordado en las tormentas y en los puertos, he preguntado por ti a la Rosa de los Vientos, he olido tu perfume en el aire de la Mar... Nada, ni el acero, ni la seda, ni las coplas de las sirenas borraron tus besos de mi alma. Y bajo la negra bandera de mi buque, en las esmeraldas y los ayes, he guardado un arcón sólo mío, y su tesoro eres tú.
Una vez me pediste que te olvidara... de tus deseos, era el único que siempre fui incapaz de cumplir. Por eso, amada mía de cabellos rizados como las olas, pídeme que navegue en tu nombre al Fin del Mundo, pídeme que incendie los océanos, pídeme todo, pídeme el cielo... ¡pero no me pidas que te olvide!
Yo, un bucanero de los Siete Mares, te he recordado en las tormentas y en los puertos, he preguntado por ti a la Rosa de los Vientos, he olido tu perfume en el aire de la Mar... Nada, ni el acero, ni la seda, ni las coplas de las sirenas borraron tus besos de mi alma. Y bajo la negra bandera de mi buque, en las esmeraldas y los ayes, he guardado un arcón sólo mío, y su tesoro eres tú.
Una vez me pediste que te olvidara... de tus deseos, era el único que siempre fui incapaz de cumplir. Por eso, amada mía de cabellos rizados como las olas, pídeme que navegue en tu nombre al Fin del Mundo, pídeme que incendie los océanos, pídeme todo, pídeme el cielo... ¡pero no me pidas que te olvide!
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