Muchos días vamos en un carrusel, en un caballo de madera, oyendo la música de la feria.
Vamos tras otro jinete, que no nos mira. Vemos sus cabellos movidos por el viento, que no hemos de tocar.
Y quizá alguien, en otro caballo de madera, nos ve, preguntándose por qué seguimos a quien no tendremos. Si ella misma está tan cerca.
Nos perseguimos en caballos de madera, que no van a ninguna parte. Entre la música de una feria que es el sonido de nuestros deseos y de nuestras fantasías.
Nos perseguimos en caballos de madera, siempre a un paso de distancia, sin tocarnos. Recorriendo un paisaje que aparenta cambiar. Cada cual ve en las luces de la feria, lo que desea.
En un carrusel, sin entendernos, sin desear entendernos, sin poder tocarnos.
El amor imposible es un espejismo cruel.
2 comentarios:
Hermosa prosa, repleta de verdades. Me hizo recordar mi adolescencia, enamorada de un chaval que pasaba de mi, y otro chaval que iba detrás de mi no me gustaba a mi...salíamos en la misma pandilla. Fuimos un verano a la Feria y subimos todos al carrusel de los caballitos de madera - guardo una foto, yo tenia 16 años -. Tu prosa me trajo añoranzas...pues se dió un caso similar...
Abrazo positivo.
aamanecerdeluniverso, muchas gracias por compartir ese episodio, es un placer guardar aquí parte de tus recuerdos, beso.
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